Afueras de Belfast

Día 3:

Último día y para casa...

Tras la ducha, recogimos mochilas y fuimos a almorzar nuestras últimas tostadas y café en el hostal.

?Aún temprano, nos fuimos a la zona de los murales de Belfast, en la zona oeste, representativos del conflicto que convirtió a Irlanda del Norte en un escenario de horror y violencia durante tres décadas.

La mayoría de los murales, los puedes situar en las calles Falls Road y Shankill Road, barrio católico y protestante, respectivamente.

Primero dimos un breve paseo con el coche por los distintos barrios para localizar la zona, y nos dimos cuenta enseguida de la gran diferencia que hay con el Belfast que conocimos el primer día, muy distinto, muchos distritos con casas unifamiliares idénticas, muros con alambre de espino, muchos murales en esquinas de casas, taxis negros con turistas visitando la zona, un ambiente mucho más tranquilo...

Más tarde, aparcamos y recorrimos una parte por nuestra cuenta por los murales más interesantes de Falls Road.

 

 

Tras la visita, decidimos ir para el Castillo de Belfast donde podemos encontrar una panorámica de la ciudad de Belfast (muy poco espectacular) y visitar el castillo, básicamente utilizado para eventos.
El castillo se encuentra en una ladera, una zona con mucha vegetación llamado Cave Hill donde hay rutas de senderismo, y vimos a muchas familias con bicis, perros y gente haciendo deporte... accediendo por los senderos para hacer alguna ruta que pintaba genial, pero eso sí, con unas buenas botas de senderismo porque había mucho barro…

 

El castillo sólo se puede visitar por el exterior, en el interior puedes acceder a los aseos y a un restaurante. Este castillo tiene una curiosidad en sus jardines, están dedicados al gato blanco lugareño que rondaba a los jardineros cuando se construyo por el año 1870 y que dicen que daba suerte. Si te gusta los retos, tienes que buscar 9 relaciones con este animal en los exteriores del jardín... y como no, nosotros no fuimos menos y los buscamos..

Tras la visita al castillo, ya era la hora de comer, nos decidimos ir a comer a un centro comercial, y de ahí, llenar el depósito del coche, dejar el coche de alquiler y para el aeropuerto.

Unas horas más tarde, llegamos a casa, hasta aquí nuestra aventura, con un buen sabor de boca de Irlanda del Norte y un buen inicio de año 2017.