LLegamos al aeropuerto sobre las 15,30h (recuerdo que teníamos una hora menos) y como teníamos tiempo, dejamos las maletas en el aeropuerto, cambíamos dinero a moneda maldiva, que es una moneda muy bonita con muchos detalles al mar y a sus costumbres, y cambie mi look algo más apropiada para recorrer la ciudad.
Cogimos el ferry y en 10 minutos estábamos en Malé. Es una isla pequeña, pero muy poblada y sobretodo con mucho caos de motos. La recorrimos entera, visitamos por fuera la mezquita, las playas que tienen para los locales donde las mujeres y niñas van tapadas hasta las cejas y se bañan, nos tomamos un batido en una terraza con vistas al mar, contemplamos el monumento al tsunami de 2004, paseamos por una zona donde vimos cientos de cometas volando, chicos practicando surf y después de unas 3 horas recorriéndola volvimos al aeropuerto.
Compramos unos detalles en el aeropuerto y nos encontramos con nuestros amigos viajeros y estuvimos charrando un buen rato de nuestras experiencias en Maldivas y Sri Lanka. La verdad que para todos coincidíamos de que había sido un viaje muy bonito, sorprendente y diferente. Facturamos, y embarcamos destino a Estambul. El vuelo de vuelta iba bastante lleno, asi que nos amoldamos a nuestros asientos y en unas horas pisamos tierras turcas.
Nos despedimos de nuestros compañeros que que ellos iban rumbo a Madrid y nosotros nos fuimos a desayunar ya que nuestro vuelo a Valencia salia algo más tarde.
La vuelta hasta casa, fue muy bien, Turkish Airlines nos encanto como compañia, tiene pequeños detalles que se agradecen para hacer un viaje menos pesado.
Conclusión de la experiencia: las Maldivas han sido una pasada; nos ha sorprendido gratamente. Se puede viajar a ellas en modo lowcost y que sean perfectas. Sinceramente, conociéndonos a nosotros, hemos tenido lo que buscábamos: un bungalow sobre el agua, tiempo espectacular, buena comida, buen arrecife, isla encantadora, descanso y hacer las actividades a nuestro ritmo sin depender de nadie.
Además le añadimos el precio asequible = FABULOSO.
La verdad es que no descartamos volver en otra ocasión...