West Coast USA 2016

Etapa LAX-BH-Santa Monica

De nuevo amanece, cosquillas en el estómago, mochilas a la espalda y a empezar nuestra aventura  por la West Coast de USA!

Tras una incertidumbre ida y unas largas horas de vuelo, pisamos suelo californiense con mucho sueño...

Antes de llegar a California, hicimos una escala larga, con la que nuestra primera idea era visitar el centro de Estambul, las mezquitas de Santa Sofía y la Azul, la Torre Gálata y  la zona del Bósforo, pero se nos frustó, ya que una semana antes sucedió el golpe de estado. Cambiamos de planes viendo la situación con la que nos encontrabamos, cogimos un hotel cercano al aeropuerto de Estambul y aprochechamos para callejear y estirar piernas por las calles de la zona.

Después de largas horas en el vuelo, viendo pelis, leyendo y hablando, aterrizamos y pasamos los controles, recogimos las mochilas y fuimos caminando al hotel, el cual lo habiamos cogido cercano al aeropuerto para recoger al día siguiente con tranquilidad el coche de alquiler.

Así que reventados, tiramos las mochilas en un motel típico americano y fuimos a darnos un baño a la piscina, nos duchamos y cenamos en el McDonals más cercano.

Acoplarnos al nuevo horario siempre cuesta, pero nos cogimos y ya estábamos por la mañana con mucha emoción desayunando a lo americano: gofres, tostadas y café americano con ganas de iniciar la aventura americana.

En unos minutos de paseo, llegamos a la compañía Dollar donde hicimos el papeleo pertinente y entramos en la zona de los convertibles donde pudimos elegir el que quisiéramos. Parecíamos unos niños viendo tantos cochazos, toqueándolos todos, de un lado a otro nerviosos, y la elección de cúal seria el nuestro durante nuestro viaje se esperaba una dura decisión...

Finalmente escogimos un Mustang Cabrio verde oscuro súper nuevecito ya que el amarillo que teníamos en mente, no estaba!

¿Quieres saber más sobre el presupuesto de nuestra ruta por la West Coast?

dura elección de los descapotables

Guauuuuuuuuuu! Esto molaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

Tras una pequeña vuelta adaptándonos a las carreteras, fuimos al motel, recogimos todo y pusimos rumbo a Hollywood!

Que pasada!

Descapotados de camino al Paseo de la Fama, el skyline de palmeras, viento del pacífico y carreteras llenas de coches, ambiente surfero... 

Aparcamos en un parking privado en una perpendicular al paseo de la fama, en el cual nos sablaron 20$, así que consejo: aparcad en parquímetros públicos que es mucho más barato! 

Recorrimos la calle de arriba a abajo, pisando las estrellas, Grauman's Chinese Theatre, Dolby Theatre, los centros comerciales y las tiendas curiosas que puedes encontrar en la misma zona.

sobre la estrella

La verdad que decepciona bastante pensando todo el glamour que crees que encontraras, pero nada de eso la verdad, una calle normal con muchos turistas y personas caracterizadas de pelis, músicos, actores...

Aunque caminando puedes encontrarte calles tan chulas como esta!

De nuevo en el coche, la calor empieza a notarse (o será cosa del jetlag), así que decidimos que nos vamos a visitar el Observatorio Griffith para ver las vistas de LAX y el cartel de Hollywood más de cerca.

El parking esta a tope de turistas y la calor va en aumento... Lo recorremos tranquilamente, observando las vista y tras las fotos pertinentes, volvemos al coche a refrescarnos con el A/C a tope.

vistas desde el Observatorio Griffith

Hora de ir para Beverly Hills, conducir con el mustang por Rodeo Drive, ver las tiendas de lujo, y pasar por sus urbanizaciones famosas con sus calles llenas de palmeras... hasta se siente el frescor de los aires acondicionados de las tiendas al pasar por la calle.

Se va haciendo hora de comer, decidimos recorrer BH otro día a pie y continuar hacia Santa Monica para ir a nuestro siguiente motel.

Tras hacer el check-in antes de la hora en el motel en el cual íbamos a alojarnos durante las siguientes 2 noches, localizamos un local llamado El Pollo Loco donde nos comimos unas megaensaladas de pollo y aguates acompañados de leche merengada. (sí, mezcla extraña, pero servían leche merengada junto con los refrescos habituales!).

Tras ponernos playeros, nos fuimos de camino a la playa de Santa Monica. Recorriendo las calles que no son las principales por las que pasa el tráfico, es todo muy tranquilo, ambiente surfero y molón como esta preciosidad que nos dejó enamorados.

¿No os apetece iros a vivir allí?

Una vez que llegamos a la playa, la idea era hacer surf unas horas, pero cuando llegamos preferimos pasear por la orilla ya que queremos ver muchas cosas y no hay tanto tiempo como pensábamos, asi que paseamos por delantes de las casetas típicas de los vigilantes de la playa, cruzamos paseando por debajo del pier, recorrimos el Pacific Park, que estaba súper animado, jugamos en los recreativos a algún pinball que le chiflan a Quique y nos tomamos un descanso y un postre delicioso junto al carrusel antiguo del muelle.

 

Santa Monica Pier

Con la barriga llena, continuamos el paseo hacia Venice Beach observando a la gente superdeportista con patines, corriendo, en bicicleta, entrenando en la playa.. hasta que llegamos a la zona de skate, Muscle Gym donde disfrutamos viendo a los skaters, el ambiente deportista, partidos de basket, arte urbano y artesanía callejera, bailarines haciendo break-dance... una gozada de ambiente!

 

skatepark venice beach
graffitis en Vneice Beach

Atardecía mientras paseábamos por el paseo, la temperara iba bajando, y tras la pequeña vuelta pasando entre las calles con casas playeras, llegamos al motel.

Nos duchamos y fuimos a Satdha, un thailandes muy rico a por unos buenos pad thai con gambas en tempura para llevar.
Nos paso algo curioso, y es que entramos a Bill's Liquor Store a comprar unas cervezas para cenar, y nos encontramos con los típicos americanos moteros, los cuales al saber que éramos españoles, empezaron a hablarnos en español y a contarnos batallitas de cuando estaban en la base española de jóvenes y fueron a las fallas de Valencia, salieron de fiesta por Marbella... Tras un rato de parloteo contando nuestra ruta por la costa oeste, nos despedimos de ellos, y el propietario del local (suponemos que seria Bill),  nos regaló un imán de la ruta 66 de recuerdo, que ahora está en nuestra casa colocado.

Para finalizar el día, cenamos en la terraza del motel y de ahí a la cama, ya que al día siguiente tocaba un día intenso en el Six Flags.

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